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En 1992 año de la Expo, en Sevilla pululaba otro pájaro con menos gomaespuma que la mascota Curro,pero con el mismo, o más, colorido, que el dichoso pajarraco. El gran Kiko Veneno. El catalán, de nacimiento, del flequillo canoso. Llevaba en la música, oficialmente desde 1977, cuando publicó junto a los hermanos Amador, el disco Veneno. Desde esa fecha, publicó 2 discos junto Veneno, más 3 el solito, como Kiko Veneno. Pero ninguno de estos trabajos le dío para comer de la música, como ansiaba.
Hasta que se cruzó en su camino Santiago Auserón (y Antena3). Es en el año del Vº centenario, el de la Expo, el de las olimpiadas de Barcelona, y el de la consagración mundial de Kiko Veneno. Con Echate un cantecito logra entrar en las listas de ventas, sonar en todas las radios, e incluso ser sintonía de la imagen corporativa de la cadena de televisión, con la canción , Echo de menos. Deja su trabajo en el ayuntamiento de Sevilla, y puede vivir de su trabajo artístico.

El"parto" del disco lo cuentan así en la web oficial de Kiko :
Esta música fue un regalo sembrado con paciencia. La sencillez que se queda pegada a los dedos no es fruto fácil: hubo que cantar mucho para que al final las palabras fueran limpias. Dos años de lucha.
Meditando, a veces en un estudio casi inventado, para que las letras vayan cada una a su sitio, para que al final le saquen de ‘maldito' y vaya a grabar como en los inicios.
Pero Kiko nunca esta solo, tiene el apoyo de Santiago Auserón desde la sombra; y cuando entra al estudio se encuentra con Joe D´Worniak, un inglés que consigue desde la producción poner la música de Kiko en claro por primera vez para el público.
Maravilla en diez canciones sudadas como echándote un cantecito.


Personalmente, tengo entre mis mejores recuerdos musicales, un concierto de Kiko, acompañado de Raimundo, tan sólo, en el patio de un cortijo a las afueras de Sevilla. Una noche verdaderamente mágica.