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Y trás 2 discos en ebullición de ventas, llega la consagración. John Cale, el mítico componente de The Velvet Underground, se los lleva a las islas británicas a grabar de un tirón. El sonido se densa, las letras se ocultan, la banda crece. La banda tiene sonido propio, que les identifica. El rock juvenil y garajero de los comienzos se mezcla con sonidos funkys y latinos. Las ventas no acompañan, pero los directos son incendiarios. Coque es una estrella del rock, y los ayuntamientos, aún tienen pasta para derrochar, y Los Ronaldos se ponen las botas, rodando por España. En las giras se suman una sección de vientos, integradas por Francis Gracía, Arturo Soriano, Kevin Robb, y Miguel Malla. Un lujazo que les refuerza el sónido. También se hacen acompañar en los directos por Tito Dávila en los teclados, y Pablo Novoa, (ex Golpes Bajos), o Claudio de Casas, (ex Las Ruedas), reforzando las guitarras.